Disidente

Duele

saber que no soy tan disidente,

y que me pesa día a día

luchar,

evitar comerme a la muerte,

dejar el consumo desmedido,

llorar

en pleno horario de trabajo

de un sitio autogestivo,

huir

de las garras del idealismo,

de toda norma y de los moldes,

amar

reventando la amargura

y los celos y la envidia,

sentir

sin rituales, nombres y ceremonias

creados por mis progenitores, 

hablar

con el tono de calle y callejones

no el de las aulas y los textos,

oír

lo creado a mano o por tu boca,

y no por una industria, 

andar

descalza o con tacones

pero a mi propio paso.


Sigo

convertida en la obediente

la sonriente y que se cuadra

que da

su cuerpo, su ser y alma a otros

que no puede, o quiere, escapar.



Este poema se publicó en la antología de poesía no romántica, Visceral imagen, de ediciones Converso.







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