Tantas muertes
Alicia Escobedo "Hay muchos tipos de muertes, hay tantas formas de morir", me dijo Pablo, un ex recluso que era integrante de las brigadas de Protección Civil en la prisión. Él lo sabía mejor que nadie: había visto morir a tantos internos picados, golpeados, suicidados. Intentó salvar a muchos, pero no pudo. Otros de sus amigos -me dijo- aunque estaban vivos, sufrieron más crímenes internos de los que cualquier ser vivo pudiera soportar: murió su familia, sus ganas de vivir, de tener libertad, de amar. Con cada una de las vidas perdidas, se moría a pedacitos la inocencia de Pablo, pero no su esperanza de salir adelante. Todos los días, casi, veo muerto a alguien. Un arrollado, un baleado, un acuchillado, otro feminicidio. Veo como, en ciertas zonas, la muerte del cuerpo es tan normal que casi casi "un lugar de los hechos" es un sitio de convivencia. Tras el cordón de seguridad que ponen los policías, "El Pelón" saluda a "El Huesos" y se alegr...