El diseño (texto para una tarea)


¿Qué importancia puede tener el diseñador de un libro? ¿Tiene que ver sólo con hacerlo llamativo, colorido o vistoso? No es así.  Afirmar que el diseñador se dedica a hacer un libro atractivo es como decir que un arquitecto sólo se dedican a hacer una casa “bonita”. Por ello, el diseño del libro es  como una construcción[1]

El diseñador tiene que tomar en cuenta la estructura de un libro, la temática, los gustos e intereses del lector, pero también la parte financiera como lo veremos más adelante con dos ejemplos concretos.

Para explicar esto se tomará de ejemplo dos libros: un libro infantil (El pueblo encantado de A. López y Reneé Rahir) y el Manual de ingeniería eléctrica (de Donald G. fink). Visualmente, ambas publicaciones son muy diferentes. La primera es mucho más llamativa, llena de colorido y de dibujos. La segunda es más sobria, con dibujos también, pero que corresponden a explicaciones teóricas y prácticas. ¿Por qué el libro de ingeniería no tiene mayor color? ¿Por qué el cuento para niños no tiene un estilo más sobrio?








La primera respuesta a ello, es que si ambas publicaciones no tuvieran el estilo que les corresponde, no serían de credibilidad o de atracción para el público al que van dirigidas. Un ingeniero no pensaría que el libro que explica el funcionamiento de la electricidad es serio si viene acompañado de la ilustración de un conejo. A un niño no le parecería divertido un libro que tuviera sólo texto.

Esto sólo remite al estilo de la ilustración. Se debe pensar también en el estilo de la tipografía, la medida de los márgenes, la colocación de los nombres de los capítulos, el tipo de papel y la cubierta, entre otros aspectos.

El libro de cuentos mantiene una tipografía mucho mayor que el manual de ingeniería eléctrica. Si fuera al revés, el infante que lea el libro tendrá una lectura más cansada, y el ingeniero probablemente tendría que contar con un libro de mayor volumen y menos práctico con una tipografía mayor. Lo mismo sucede con el estilo de la fuente. El libro para niños tiene una tipografía más clara y dinámica, mientras que el manual mantiene una letra más sobria.

De igual manera se debe tomar en cuenta el tamaño del libro. Por obvias razones un niño no podría tener consigo un libro mayo de cien o doscientas páginas. Es muy pesado y poco práctico para él. Posiblemente un ingeniero tiene el interés de un libro con mayor extensión que pueda tener mayor contenido, pero al mismo tiempo debe pensar en la comodidad y practicidad de la publicación. Hay libros que pueden ser diseñados en mayor número de páginas con una tipografía o el espaciado de márgenes más grande, pero quizá no sea la mejor opción.

Los dos puntos más importantes que se deben tomar en cuenta para cualquier publicación son: la claridad e inteligibilidad para el lector y la economía de la editorial y del consumidor. Así que un manuscrito no puede ser diseñado en una tipografía muy pequeña, o con espaciados muy reducidos porque no es cómodo para un lector. De igual manera no puede ser publicado con espaciados muy grandes o tipografías exageradas porque no resultan costeables para la editorial ni de utilidad para el público.

Ahora, en cuento a la portada. El reto de hacer un forro consiste en crear un algo atractivo y económico. El pueblo encantado puede parecer mucho más atractivo: es una portada de pasta dura, que contiene un forro de cubierta de polo y brillo. El manual de ingeniería es mucho más sencillo. Sin embargo, sí este último tuviera un diseño de portada similar al del libro de cuentos sería mucho más caro e innecesario para la temática de la publicación. Es importante una portada resistente pero no de tal atractivo como el diseño del cuento.

El tipo de papel en el libro de cuentos es mucho más grueso y resistente. Uno, por la maleabilidad que el público objetivo puede tener con él y dos por la facilidad que un niño tiene al recorrer las páginas gruesas de un libro sin lastimarlas. El manual requiere un tipo de papel más ligero, similar al papel bond pero de menor grosor, ya que requiere tirajes más amplios y de mayor economía.

¿Entonces, qué libro tiene mejor diseño? Las dos publicaciones mantienen un diseño apropiado a la temática que ambos tienen. Si bien, en el segundo no se reconocería a simple vista el manejo artístico, sí lo tiene. Hacer el trazo y el diseño de libros abarca diferentes aspectos.

El diseñador debe tener buen gusto artístico y suficiente conocimiento del proceso de edición de libros que le permita escoger entre las opciones existentes. Se debe estar al pendiente de lo que el manuscrito requiere, de los nuevos avances de diseño, de los recursos disponibles en elaboración e impresión y el interés del público.


Hay que recordar, que el interés de toda industria editorial es dar a conocer las nuevas publicaciones pero también obtener recursos para que la empresa siga en mantenimiento. El diseñador es una pieza básica en este proceso. Ya sea que la empresa cuente con su propio diseñador o lo contrate para un trabajo en específico, él es el encargado de uno de los trabajos más complicados en el proceso editorial (y de gran relevancia, por ello la existencia de premios como: “Los mejores libros diseñados del mundo”).


El diseñador, entonces, es quien marca la diferencia en la realización de un libro y si se tendrá que ver y funcionar como un manual o como un libro de cuentos para niños.









[1]Datus C. Smith: “6. Diseño del libro”, en: Guía para la publicación de libros, UdeG/ASEDIES-México, 1991.

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