Obstáculos y bloqueos
Alicia Escobedo
1. Un muro de sal impedía el paso de una gota. El lagrimal estaba a punto de explotar.
2. El anciano Miedo ocupaba toda la acera del pensamiento e impedía el paso a la señora Idea.
3. Déspota y controlador, como era, el pesimismo negaba a la sonrisa salir a embriagarse de buenos momentos.
Pero quien verdaderamente estaba metida en problemas:
4. La escritura.
Estaba encerrada en la mano con cinco vigilantes con hachas filosas. Tenía semanas sin comer.
Los cuatro necesitaban un milagro, les urgía libertad.
Fueron los recuerdos los héroes de esta historia.
Robustos, violentos, golpearon a quien se les paraba enfrente.
1. Una canción diluyó el muro salado. Se mezcló con la gota hasta que escurrieron canto y llanto juntos. El lagrimal bailó gustoso.
2. La foto de un logro, con autoridad de agente de tránsito, ordenó al anciano Miedo orillarse. Pasó Idea. La circulación quedó liberada.
3. El recuerdo de juventud tuvo que gastar en cientos de ramilletes de colores para reenamorar a la sonrisa. Ella abandonó al pesimismo.
4. Los poemas aprendidos abrieron por la fuerza a los vigilantes de la escritura. Los obligaron a hacer trabajos forzados. Aún no cumplen sentencia.
Sin vivencias previas, los sentimientos, las letras, los pensamientos hubieran estado condenados. Los recuerdos, como siempre, trajeron consigo información valiosa sobre qué se perdió, qué se ganó, qué se debió quitar y qué se pudo trabajar.
Así, sin más, ellos se volvieron los nuevos salvadores, casi unos capos para vencer cualquier tipo de obstáculos y bloqueos.
1. Un muro de sal impedía el paso de una gota. El lagrimal estaba a punto de explotar.
2. El anciano Miedo ocupaba toda la acera del pensamiento e impedía el paso a la señora Idea.
3. Déspota y controlador, como era, el pesimismo negaba a la sonrisa salir a embriagarse de buenos momentos.
Pero quien verdaderamente estaba metida en problemas:
4. La escritura.
Estaba encerrada en la mano con cinco vigilantes con hachas filosas. Tenía semanas sin comer.
Los cuatro necesitaban un milagro, les urgía libertad.
Fueron los recuerdos los héroes de esta historia.
Robustos, violentos, golpearon a quien se les paraba enfrente.
1. Una canción diluyó el muro salado. Se mezcló con la gota hasta que escurrieron canto y llanto juntos. El lagrimal bailó gustoso.
2. La foto de un logro, con autoridad de agente de tránsito, ordenó al anciano Miedo orillarse. Pasó Idea. La circulación quedó liberada.
3. El recuerdo de juventud tuvo que gastar en cientos de ramilletes de colores para reenamorar a la sonrisa. Ella abandonó al pesimismo.
4. Los poemas aprendidos abrieron por la fuerza a los vigilantes de la escritura. Los obligaron a hacer trabajos forzados. Aún no cumplen sentencia.
Sin vivencias previas, los sentimientos, las letras, los pensamientos hubieran estado condenados. Los recuerdos, como siempre, trajeron consigo información valiosa sobre qué se perdió, qué se ganó, qué se debió quitar y qué se pudo trabajar.
Así, sin más, ellos se volvieron los nuevos salvadores, casi unos capos para vencer cualquier tipo de obstáculos y bloqueos.
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