Control 5
LA CORRECCIÓN: MÁS QUE CAMBIAR PALABRAS
Imagen: matildalibros.blogspot
Por ejemplo, los estudiantes. ¿Cuántos
profesores de gramática y redacción no les entregaran a sus pupilos los
trabajos llenos de correcciones? Les marcarán, seguramente, el uso incorrecto
de mayúsculas, minúsculas, acentuación, comillas, paréntesis. Sin embargo, no
sólo los maestros, también los mismos alumnos han hecho las correcciones a sus
propios textos o a los de sus amigos. Que si no es la tipografía pedida, que si
le ponen mayúsculas a los títulos, negritas a las frases que quieren resaltar,
o el cambio de palabras que no les sirve.
El corrector de estilo hace ese
trabajo de una forma más estricta. No se trata de hacer un texto para
entregarlo en una clase, sino la revisión de un producto cultural que será
entregado a cientos o miles de lectores. Así que, después del trabajo de
elaboración que realiza el autor de un manuscrito, el corrector de estilo tiene
la responsabilidad de la unificación, legibilidad, cuidado de la gramática y de
la congruencia del estilo del autor, según el texto de Datus Smith, Guía para
la publicación de libros.

Imagen: lavadoradetextos.com/
¿Parece fácil? No lo es. Un ejemplo: ¿cuándo
se escribe presidente o Presidente?, ¿cuándo se usa comillas inglesas (“”) o
francesas (<<>>)? Depende de un conocimiento amplio de la lengua
española, pero también de un manual de redacción que debe ser establecido por
la editorial. En él se deberán otorgar las especificaciones necesarias, sobre
todo: el caso de uso de mayúsculas, signos de puntuación y la adaptación de palabras
extranjeras a la lengua.
El problema es que el corrector de
estilo no puede hacer modificaciones al texto del autor de manera deliberada.
Debe tener un conocimiento sobre el estilo del autor, la intencionalidad del
texto y por supuesto, que se explique al creador cuándo son necesarios los
textos. Muchos autores no están de
acuerdo en la modificación de su forma de escritura y esto representa una
dificultad, porque el corrector debe pensar siempre en el lector, pero también
en el autor.
En ocasiones el corrector de estilo se
puede hacer los cambios necesarios según su criterio. Sin embargo, también debe
observar si las características del texto no violan leyes nacionales, si la información
es veraz y confiable y corroborar las afirmaciones que haga el autor, la
publicación de un ejemplar debe ser muy cuidadosa.
Es por ello que el corrector debe
mantenerse en preparación constante, debe tener una curiosidad intelectual
amplia, sensibilidad por su propia lengua y las extranjeras (cuando corresponde
hacer traducciones o anotaciones), además de revisar los detalles de producción
de una publicación con el editor y el diseñador.
Para que el trabajo se realice de
manera óptima se hacen pruebas del manuscrito, que son revisiones para ubicar
las últimas correcciones con el editor y el autor. Este es un paso sumamente
importante, porque definirá, en gran medida, el trabajo final que debe entregar
al diseñador del libro.
Entonces, más allá de hacer correcciones
de sintaxis como lo realizan profesores, estudiantes y los mismos lectores de
una publicación, un corrector de estilo tiene que hacer un trabajo agotador, en
conjunto con los actores de la editorial antes mencionados y se enfrenta a
discusiones, problemáticas y cambios importantes de un manuscrito. El corrector
de estilo llegará más allá de tener una calificación, de enseñar o realizar la
crítica de un trabajo, será responsable del gran parte del contenido de una
publicación.
Fuente
bibliográfica
C. Smith, Datus. Guía para la
Publicación de libros. Universidad de Guadalajara. México. 1991.
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