Control 1

EL DESPLAZAMIENTO DEL LIBRO, CAUSA MULTIFACTORIAL 

Una crítica no sólo a la sociedad, sino al gobierno, a cada uno de los sujetos y al entorno mismo. Los factores que no propician la lectura son muchos, y los puntos que la apoyan están indebidamente encausados. De esta forma Carlos Monsiváis, realiza un enlistado de puntos sobre la situación actual de la lectura en México. 

Sin una intención de enaltecer a quienes tienen el hábito y la capacidad de leer. El autor se dirige a las problemáticas que frenan el desarrollo de libros en el país. Por un lado: la problemática política, por el otro: la educativa y la social. No hay solamente una razón para que no haya lectores (de libros, propiamente), sino que son diversas y se observan de diferente forma en cada sector económico del país. 

 En primer lugar, el aspecto político de asignar impuestos a los libros. Del poco apoyo a las pequeñas industrias editoriales, frente a las grandes que dominan con el lanzamiento de best-sellers. Las incorrectas campañas de alfabetización o de apoyo a la lectura sin observar, en la mayoría de los casos, el entorno social: qué es lo que la gente necesita, quiere, y puede leer. La realización de bibliotecas públicas poco funcionales, y el desinterés real de los gobernantes (ellos mismos no tienen el hábito). 

 Como otro punto, en el entorno educativo no se pone la atención suficiente a que los alumnos se acerquen de manera natural a la lectura. Los métodos de enseñanza suelen ser inadecuados o anticuados ante el uso de nuevas tecnologías o de la presencia de la industria fílmica y la televisión. Los profesores pueden hacer que los alumnos distorsionen la forma de ver la lectura: únicamente una obligación o un aspecto necesario para terminar el nivel escolar. 

 Ahora bien, en el caso de la sociedad hay dos casos que pueden ser igualmente erróneos. Entre ellos se observa a quienes ven la lectura sólo como una forma para combatir el sueño, o un pasatiempo que sólo se adquiere cuando no hay otra actividad. Además se encuentran quienes veneran, inadecuadamente, los libros, como un acto de elitismo, fetichismo y de discriminación hacia quienes no han conseguido adquirir el hábito. 

“El que no lee se acerca a las ideas con miedo o rechazo previo, encono o veneración parroquial, el que lee puede hacer eso mismo, pero es menor el número de probabilidades”. Con esta idea, se puede notar que el autor no pretende acusar a quienes no suelen leer o alabar a quienes sí lo hacen, ni viceversa. Sino que reconoce que el caso del país por falta de lectura va más allá de lo prejuicios. 

 Leer, según el autor, es una forma de “estructura personal del conocimiento” en la que se puede llegar a apropiarse de ella por medio del adentramiento a la trama, la atmósfera, los personajes. No es precisamente una forma de humanizar a las personas, pero sí acercarlos al aprendizaje. 

 En una época donde hay cambios drásticos en las industrias, la penetración de internet, del cine, de la televisión, como aspectos que se centran en el terreno audiovisual, el libro puede verse desplazado. No es precisamente por la función de estos otros artefactos, sino por diferentes puntos a nivel social, económico, cultural y político. La problemática es amplia, así como la oportunidad de cada persona, de mejorar las facilidades para adentrarse a la lectura (en libros, claro). 

  Fuente bibliográfica: 

Monsiváis, Carlos. El elogio innecesario de los libros. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 2004, 12 pp.

Comentarios

Publicar un comentario

Más leídos

El diseño (texto para una tarea)

Tantas muertes

Bienvenida escrita